Vecina del Caserío Chaguantique (municipio de Jiquilisco, sureste de El Salvador), Ana Sofía Amaya trabajaba como jornalera junto a su marido. Entre los dos ganaban unos 200 dólares al mes.
Después de que el personal del Proyecto PRODEMORO, financiado por el FIDA, entrase en contacto con ellos, y formasen, junto con otros agricultores, la Cooperativa Brisas de Chaguantique, sus ingresos se han más que duplicado.
Ahora ven cómo sus sueños de mejorar la vida de su familia son realizables y ven su dignidad y autoestima reafirmada: "La Sofía de cuatro años atrás desapareció hace tiempo. Ahora soy otra persona. Sé quién soy, lo que quiero y lucho por ello".
Conoce la historia completa de Sofía en: http://www.ifad.org/story/ga2015/a_amaya_s.htm